La vida es un regalo

La vida es un regalo

La vida es un regalo 992 558 Cápital La Firma - Asesoría en Cádiz

Este post se lo quiero dedicar primero a un amigo empresario a quien la vida recientemente le ha dado una segunda oportunidad. Muchas gracias amigo mío porque tu historia refuerza el giro que estoy haciendo en mi vida. Segundo a mi padre quien corrió la misma suerte hace unos años y puedo contarlo con enorme agradecimiento a quien le salvó la vida. Y tercero a todas aquellas personas que sin darse cuenta  pueden estar en camino de una final fatal, por lo que si estas palabras les ayudan a hacer algo al respecto, me alegraré mucho.

Tan solo quiero compartir algunas reflexiones. Nada nuevo, solo recordar, que de vez en cuando merece la pena hacerlo, porque la mayoría vamos como pollos sin cabeza.

Todos decimos que queremos trabajar para vivir pero en la práctica estamos viviendo para trabajar, insatisfechos con la vida pero sin hacer nada al respecto. Y me concentro en todas aquellas personas que sin darse cuenta priorizan el trabajo por encima de todo. De nuevo en la calma decimos que la salud es lo primero, el amor (la familia) lo segundo y el dinero lo tercero, pero en la práctica, el trabajo es lo primero, lo segundo y lo tercero. Y este peligroso ritmo de vida, por desgracia, puede conducir, y de hecho tengo muchos casos para contar, a perder la vida o a perder el amor. El amor de esa familia que está a tu lado, pero tú no estás al suyo porque estás muy ocupado trabajando. Y como el amor se alimenta del contacto, sin contacto se va perdiendo el amor hasta que se rompe.

Tú, si estás ahí, mi mensaje es el siguiente, si quieres de verdad, puedes cambiar de vida. Todas las excusas inventadas que ahora te frenan, y los sabes, saltan por los aires cuando la vida te da un toque de atención. Lo he vivido muchas veces. Somos tan borricos que no vamos al médico o a pedir ayuda hasta que no estamos rabiando. Y cuando vamos, a veces es demasiado tarde, el cáncer ya te ha comido mucho terreno y es irreversible. Muchas personas han necesitado un gran susto, un accidente de tráfico por quedarse dormido al volante, un infarto, un ataque de ansiedad, un lo que quieras, donde la vida te ha dado una segunda oportunidad, y la respuesta del médico siempre es la misma: o cambias de chip o cambias de trabajo.

Precisamente después de vivir una situación como esa, he observado cambios brutales que antes parecían imposibles. Personas que antes saltaban por nada, que se ahogaban en un vaso de agua, ahora parecen un mar en calma, porque esa experiencia les ha enseñado a apreciar y valorar la vida de verdad. Mi amigo empresario, tomando café con él la otra mañana me dijo: Víctor, me voy a tatuar en el brazo que la vida es un regalo, porque quiero verlo cada día, no quiero que se me olvide. ¿La has escuchado atentamente de verdad? LA VIDA ES UN REGALO. Una frase preciosa que me inspiro a compartir contigo estas líneas, pero no para quedar bien contigo, no me importa lo que pienses de mí, quiero retarte de verdad a que cambies tu vida, a que hagas algo al respecto. A que reflexiones de verdad o a que pidas ayuda. Se trata de tener una conversación sería contigo mismo.

Y te pongo como ejemplo a uno de mis referentes inspiradores, que no solo me inspira a mí sino a todo el mundo. Es un ejemplo de fuerza interior y de superación. Te estoy hablando de Rafa Nadal. Ya sabes, este chico desconocido que no para de lograr cosas en la vida. Recientemente ha ganado su duodécimo título del Roland Garros superando una crisis de lesiones que habrían tumbado al más pintado. De una entrevista reciente que leí de él hace unos días comparto aquí unas palabras que se me quedaron grabadas: «Necesitaba un cambio de chip y eso no se produce de cero a cien… Necesitaba encontrar mi fuerza interior para seguir adelante… Entonces me prometí que hasta aquí: me dije que iba a estar con la actitud y la energía adecuadas, aceptando los problemas para poder competir bien en la gira de tierra, y desde esa promesa que me hice a mí mismo avancé. Fui capaz de hacer una reflexión adecuada. He conseguido hacer de ese proceso lo que yo visualizaba, valorando las pequeñas mejoras de cada día».

Si quieres cambiar de vida de verdad, no esperes a que cambie el mundo, a que cambien los demás o que la vida te de un susto. Decide cambiar tú. Decide hacer esa reflexión y hacerte esa promesa. Si no te comprometes para ayudarte a ti mismo, nadie lo hará por ti. Y ya me puedo imaginar tu cara, asintiendo pero pensando que esto que te propongo no es nada fácil, tienes mil razones. Mi objetivo no es convencerte, solo recordarte. Lo que te frena es el miedo, y solo un miedo más grande, a perder la vida, se puede comer a los miedos pequeños. Pero ojo, no te estoy pidiendo un cambio tan grande. Nadal ya te ha dicho que no se puede pasar de cero a cien de forma inmediata. El cambio de chip toma tiempo, pero el primer paso es una reflexión. El primer paso es un compromiso. El primer paso puede ser un pequeño cambio. Hazlo fácil pero hazlo ya.

Mi padre salvó su vida tras un sufrir un síncope, cayendo desplomado en medio de la calle, golpeándose la nuca con un bordillo que le hizo una brecha de 3 centímetros. Tuvo la suerte de que una niña lo viera y se pusiera a gritar desesperada, y esos gritos alertaran a un militar americano que estaba alejado, y como si de un ángel se tratara, pudo acudir a tiempo para hacerle reanimación. Justo lo necesario hasta que la ambulancia llegó. Pero si esas personas no hubieran estado allí, yo no podría estar contándolo como lo estoy contando ahora. ¿Qué habría pasado si nadie de los que estuvieran allí supieran cómo reaccionar? ¿Qué habría pasado si nadie lo hubiera sabido atender? ¿Qué habría pasado si…?

Mi amigo empresario con el que comencé estas líneas, me confesó que su angel de la guardia fue un médico que hace años le regaló un libro sobre los problemas del corazón. En ese libro aprendió los síntomas del infarto. Reconocerlos, ese dolor en el pecho, esa sensación de que la vida se te va, le permitió pedir ayuda rápidamente, mientras estaba sufriendo el propio infarto! Esa reacción rápida permitió que la ambulancia llegara a tiempo y que hoy pueda estar contándolo. Estas historias que me han tocado el corazón y posiblemente tu tengas muchas más. Mi pregunta es ¿Cuándo vamos a despertar?¿Cuándo vas a dejar de engañarte?¿Cuánto vas a esperar para hablar contigo mismo y decidir cambiar?

Espero que sea pronto. Gracias de corazón por leer estas líneas y gracias a la vida que es un regalo. PORQUE LA VIDA ES UN REGALO. Gracias otra vez.

 

Víctor Pacheco